La estratégica posición de Rasines, en el curso medio del río Asón, la amplitud de su vega fluvial y la riqueza biológica que registra el territorio propiciaron el asentamiento humano desde el Paleolítico y el desarrollo de un poblamiento histórico denso, todo lo cual ha propiciado una más que notable abundancia de elementos patrimoniales.
La existencia de notables zonas de roquedo calizo abrupto, por un lado, y de una amplia vega fluvial conformada por los ríos Silencio y Ruahermosa, por otro, articulan el paisaje natural de Rasines. La discreta densidad de población y el bajo impacto humano sobre el territorio, limitado en lo esencial a las fértiles mieses de la vega, ha favorecido la conservación de amplias zonas naturales, entre las que destacan, muy especialmente, los encinares cantábricos desarrollados sobre los macizos calizos ubicados al Este y Sudeste del municipio, los bosques fluviales, tanto en el río Asón como en sus afluentes Silencio y Ruahermoso, y las cabeceras estos dos últimos ríos. Además, hay que reseñar la riqueza bioespeleológica de las grutas del municipio, el cual cuenta con 260 cavidades catalogadas, entre las que sobresale el sistema la Red del Silencio con 447 m. de desnivel y con 60.220 m. de galerías reconocidas. La Cueva del Valle, situada en el Barrio de Helguera es conocida por sus habitantes como “La Viejarrona”, cuenta con una entrada de grandes dimensiones lo cual le da una gran majestuosidad. En ella nace el Rio Silencio, afluente del Ruahermosa, ambos del Asón. Posee un entorno privilegiado con árboles de ribera, alisos, robles, chopos y plátanos. Tiene una gran importancia tanto prehistórica como espeleológica asi aunque no se han hallado pinturas rupestres en su interior si se han descubierto objetos y piezas de distintas épocas.
Fruto de la riqueza botánica que aún conserva Rasines, bosques caducifolios (robles, castaños y fresnos) en Cereceda, La Edilla y La Vega, encinares cantábricos entre Helguera y Ojébar, y amplias manchas de bosquetes fluviales a lo largo de los ríos que surcan el término municipal, es la existencia aún de una importante riqueza faunística, con zorro, jabalí, corzo, nutria, buitre leonado, milano negro y ratonero común, como especies más significativas. La riqueza de salmónidos en los ríos, especialmente el salmón en el Asón, y la trucha en este mismo río y en sus afluentes Silencio y Ruahermosa, son otro aspecto a destacar, tanto por su interés ecológico, como por el deportivo.
Espacios Naturales de visita obligada
Disfrutar de la naturaleza es sencillo en Rasines. La riqueza y excelente conservación de los numerosos biotopos que se reúnen en este municipio (áreas fluviales, praderías, bosques caducifolios, encinares, paisajes kársticos y roquedos de media montaña –nunca por encima de 700 metros- y medios subterráneos), favorecen el contacto con variados espacios de gran calidad medioambiental en un breve recorrido.
Son de visita obligada los cotos del río Asón (Batuerto, Las Vertederas, Las Berezosas y Las Pedregueras), a lo largo de la carretera hacia Udalla y Ampuero –por el límite occidental del municipio-, el nacimiento del río Silencio en la Cueva del Valle y su entorno, el curso medio y alto del río Ruahermosa, el valle calizo endorreico de La Brena, en Ojébar, y las peñas calizas de Ranero, en el extremo Sudeste del término municipal con el Picón del Carlista, cumbre montañesa desde donde se puede disfrutar de unas magníficas vistas .